
A medialuz, con la caida de la tarde,
con los tenues rayos de sol dibujados
en un trozo de tu dulce y tibia carne.
En la hora que los astros se confunden,
y se unen en su juego, Venus y Marte.
Cuando tu mano busca mi mano,
y tu boca la mia. En ese instante.
Fundidos en uno solo, en un abrazo.
Me doy cuenta, que vivo para Amarte.
En ese instante, que estas en mis brazos,
y cayas. En silencio, no dejo de mirarte.
Solo un susurro. Solo un Te Amo.
J. Vergara