
Son las estrofas de un poema inacabado,
que aun busca su final sin atino, perdido.
Pudo ser para la belleza de los enamorados,
para la muerte, o el más bello de los destinos.
Pudo ser, o fué, el poema inacabado
que dejó su autor en una tarde de olvido,
en cualquier esquina solo y abandonado
rompiendose de tristeza sobre sus giros.
J. Vergara